Fallen Angel

Fallen Angel

Esperando un Ángel

Esperando un Ángel

miércoles, 16 de junio de 2010

Cuatro Venenos

¿Cómo no pude ver dentro de sus ojos la fuerza que se avecinaba sobre mí? Mientras yo sólo los abrazaba amándolos más que a mi vida misma.
Sentiré frío cada vez que oiga sus nombres o piense en ustedes.
¡Despierta ya!
El fuego de su indiferencia me quemó dentro de las venas tragándose todas mis esperanzas del perdón, aún cuando nunca quise lastimar a nadie.
¡No puedes despertar!
Buscando una luz me encontré con su furia. Quise que me ilumines a pesar de saber lo cercana que eras al fuego... ¿Por qué? Nunca olvidaré como tus palabras destruyeron los vestigios de mi fe: "¿Cómo pude haberte querido alguna vez?"
¡Sálvate!
Has mi sangre correr... ¡Sólo quería tiempo! ¡Tiempo! ¿Cuanto demoraba el tiempo? Jamás llegó... Jamás le permitiste llegar y abarrotaste mi mente de tus palabras filudas como dagas. "Nunca fuiste en verdad mi amigo" "Te odio" "No quiero volver a verte". Pido perdón al paraíso a pesar de que me expulsaron siendo tú una de los culpables.
¡No hay nada dentro!
Todo este tiempo creyendo que eras especial, único y la persona más importante para mí... ¿Por qué mentiste? ¿Por qué? Mi alma duerme fría por tus palabras. No quiere despertar... No puede despertar... Digan su nombre y sálvenla de la oscuridad. Traiganla a mí y háganla real. Mi sangre ha de gritar antes de que se deshaga la nada en la que me volví. Denme la vida por favor.
Viví una mentira... no hay nada dentro... ¡Ruego perdón! Oh ¿por qué? Todo este tiempo creyendo que eras especial... Estuve soñando contigo con ojos abiertos todo el día... Sin alma, sin corazón, sin fuerzas, sin voz tus palabras me pudieron dejar.
¡Despiértenme! Hagan mi sangre correr... ¡No puedo despertar! Quiero despertar... ¡Sálvenme! Nubes de tormenta a mi alrededor... ¡No hay nada dentro! No diré más... Sólo... quítenme estos cuatro venenos.

lunes, 14 de junio de 2010

Conversación en 2 Segundos

No sé exactamente qué sentir... qué pensar... qué decirme... ni qué preguntarme...
Hoy he pasado de celoso a amistoso a positivo a nervioso a enojado y a... no sé...
No sé. Apenas colgué el teléfono me paralicé, estuve pensando.

-¿Qué piensas?
+Nada...
-¿Celos?
+No, para nada.
-¿Estás feliz? Era lo que querías ¿no?
+¡No! ¡No! ¿Cómo puedes decir eso? Es mi mejor amigo. Obvio que eso no quería.
-¿A quién intentas convecer, a mi o a ti?
+Es la verdad. No intento convecer a nadie.
-Entonces no estás feliz.
+No.
-¿Triste?
+Tal vez...
-¿Por qué? ¿Por él?
+Sí. Por él.
-¿Tú de verdad querías que estén?
+Sí.
*¡No te mientas! ¡Además, sabes que es mejor!
-¿Mejor? ¿Por qué?
*No lo reemplazarán ahora.
-¿No le dijo ya que nunca lo haría?
*Pudo mentir.
+¡No! ¡Él no me hubiese mentido! No con eso, no.
-Interesante. ¿Por qué tan seguro?
+Porque me quiere y lo quiero.
*Te quiere quizás, pero no más que a ella. Ni siquiera igual.
+Tampoco tendría por qué. De ella se enamoró, yo sólo soy su amigo.
*Su mejor amigo, supuestamente.
+No "supuestamente". Lo soy.
*Te dejó plantado una hora y media sabiendo que estabas ahí.
-Dudo que haya sido su intención.
*Su intención no cuenta. Lo hizo.
+No me dejó. No lo hizo.
*Tú te morías de miedo sintiendo lo mismo que él, pero él igual te abandonó. Te reemplazará cuando pueda.
+No me reemplazará. Yo me esforcé porque quería que se quede a declararse. Sabía lo que podía pasar. Lo hice porque lo quiero y sabía que no me dejaría.
*¿No que tu otro "mejor amigo" tampoco te dejaría? Yo tuve razón y lo hizo. Ahora siempre te lo echan en cara para que te quedes callado por el dolor del recuerdo.
+Eso es diferente...
*¿De qué manera? ¿No eras también su mejor amigo hasta Noviembre del año pasado?
-Sabemos bien que uno es diferente al otro por mucho. Conocemos al primero por medio año, a diferencia de él que han sido cuatro.
+Además, él me demostró mucha más confianza como amigos.
-Es verdad y de muchas maneras.
*No es convincente y lo saben. Puede haber mentido...
+¡¡¡No!!! Puedo sentirlo... Está mal... Siento pena, tristeza y lágrimas. Debo ir con él.

Maldita Madre Naturaleza...

jueves, 10 de junio de 2010

Testamento

La última vez que pedí ayuda fue para rogar dos cosas. La primera, que me ayuden con todo lo que me ha estado pasando. La segunda, que me lleven para no volver jamás.
Es una pena saber que ninguno de mis dos favores importó.
Hoy, después de tanto tiempo, volví a pensar en terminar con todo esto de raíz. Siento que a veces ya no tengo motivos para seguir aquí y he estado ideando mi escape sin que nadie tenga modo de evitarlo.
Nadie lo ha notado en verdad. Llevo cinco meses mirando como la lluvia se derrama por las calles mientras anhelo el día en el que la ya tenue y escaza luz de mis ojos se apague y que mis mejillas dejen de sentir el frio de las lágrimas cuando mi corazón es apuñalado sin piedad alguna aún cuando sus constantes gritos y súplicas se oyen a varios años de distancia.
Soy conciente de que cada año de mi vida todo esto pudo acabar... Más aún si pienso que mi sangre ha recorrido mi cuerpo mesclandose con mis lágrimas.
Mil veces he visto las calles nocturnas desde altas distancias, mil veces pude tragar mi odio hasta asfixiarme con él, mil veces he podido atravesar mis muñecas con mis filosas penas y mil veces he podido ingerir el veneno de mi desgracia, pero jamás tuve el valor.
Cómo quisiera acabar con todo... Lo he rogado, lo he pedido, pero como siempre lo dejo pasar. Pobre niño abandonado.
Junto a mi lecho de llanto, mi lugar seguro y cómodo, descansa mi mesa de noche en la cual se esconde mi cuchillo vengativo que ruega y anhela sentir el ardor de mis venas como ha hecho por cuatro años.
¿Es esta mi alegre hora de partir? Por favor...
Si logro terminar con esto no quiero ir al paraiso. Para mí sería un castigo. No me lo meresco.
Prefiero arder. Espero de todo corazón que en el infierno haya un lugar especial rezervado para mí.
Si todo este rencor desaparece queda en estas palabras la mayor evidencia de que dentro de mí está corriendo uno de los venenos más peligrosos, capaz de consumir, corromper y carcomer cualquier corazón puro y noble.
El que no castiga la maldad ordena que se cometa...
Esto terminará pronto. El fin de esta eternidad se acerca y que todo el que leo esto llore haciendo que la llama que tanto codiciaron en mí arda con ellos.
Si esto es suficiente para condenarme acepto mi castigo, pero nadie podrá apuntarme sin tener en su conciencia que mi veneno fue impartido previamente por todos.
Al fin, los hombres prefieren pagar por prejuicios más que por beneficios porque la gratitud es una carga y la venganza... un placer.

miércoles, 9 de junio de 2010

Miedo

Miedo, miedo. Siento tanto miedo... he estado dudando por tanto tiempo y extrañándote, a veces pensando que te habías olvidado de mí. O pero que más da... Diré que te quiero como siempre porque es verdad... No puedo mentirte.
Te he extrañado y en verdad quisiera verte. Supongo que estás ocupado, amigo mio. Tengo tanto miedo de estar perdiendote como antes perdí a otro.
No, no lo quisiera... pero si pasa, por favor... dímelo.
Amigos eres... amigo siempre serás... mi mejor amigo fuiste... eres... y siempre lo serás. Me han pasado tantas cosas que aguardo por contarte. Tantas buenas como malas, supongo que también a ti... quisiera oirte otra vez, jugar contigo... webear. No de la misma forma que antes...
Siento de vez en cuando un vacío dentro de mí cuando recuerdo que estás lejos y que pronto te alejarás aún más por mucho tiempo... Si ahora te extraño quizás tendré en ese tiempo que sostenerme a mí mismo con los brazos para no romperme en llanto deseando que regreses. Quizás suene extraño viniendo de mí para ti, pero sabes que me da igual en estos casos.
¿Qué debo hacer para verte? Muchas oportunidades se han pasado y mis llamadas no las contestas... No insisto porque supongo que estás atareado con todo lo que tienes que hacer... Te entiendo. Además, soy más flojo que tú y mis prioridades son muy distintas que las de la gente normal. Bueno, ¿qué haré con eso?
Admito que estuve confundido hace un tiempo... Dudé que tan cercanos habiamos llegado a ser porque, la verdad, hay gente que tiene tantos problemas que podría llegar a verlos como a ti por un breve momento mas jamás apreciarlos tanto.
Miedo... miedo de perderte en verdad... Tanto miedo de perderte que el frio se apodera de mí golpeado en mi mirada cegándola de ver en otros lo que no todos ven mientras mi piel se torna helada con escalofríos de sólo pensarlo.
No debo pensar en eso... no...